Las películas y la fantasía

Hoy en día utilizamos mucho las películas para distraernos, para entretenernos, pero nunca antes se habían visto tantas películas como hoy en día. En mi infancia, antes del tv cable, o sea en los 80s, a lo mucho se veía una película al día, a duras penas dos o tres a la semana en la televisión local. Habían series televisivas, y muchas. Ahora puedes tener películas todo el día a cualquier hora del día, series por centenares.

Las películas son una extensión de nuestra fantasía, nos sumergimos en ellas y vivimos una historia a manera de imágenes, diálogos y música. Pero la fantasía de las películas cada vez está volviéndose más real. Aún más cuando la película se pretende una re actuación dramática de algún evento histórico, como la Segunda Guerra Mundial. Aún así sigue siendo fantasía.

Las películas hoy nos quieren hacer creer con más fuerza que la película es real, todo por medio de efectos especiales, exageraciones de la realidad, llevando al extremo los límites de lo posible por medio del CGI (computer generated images). La fantasía propia cada vez se ve más influenciada por estos sueños irreales de otra persona que estamos pagando por ver.

Ahora no hemos tratado si las películas tienen algún aspecto moral o inmoral. La televisión como medio es practicamente amoral, transmite de todo. Pero las películas sí que transmiten un tono moralizante o inmoralizante. Especialmente extraño es tratar así, ver o experimentar con los valores morales de otra cultura. Caso especial son las que tratan de un tema religioso. Análogo a las históricas, estas ensalzan lo maravilloso, creíble o increíble de cierta creencia religiosa con teatralidad. 

Así la fantasía propia va tomando forma, nuestros sueños y aspiraciones van cogiendo otro sentido que el natural o que el que nuestra sociedad nos hereda. Sospecho que nuestros deseos de "felicidad", están siendo cada vez más influenciados por estas fantasías de la televisión.

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