El Hobbit 2: la desolacion de Smaug. Crítica y comentario.

 Acabo de rever la película. Y luego de un final que te roba el aliento (por enésima vez) no puedo evitar escribir esto. ADVIERTO QUE CONTIENE SPOILERS.


La película es la segunda parte de la serie El Hobbit, y casi siempre las segundas partes pierden mucho en nivel. Esta película sin embargo lucha para no bajar la calidad, aunque pierde puntos con las escenas y los personajes del pueblo en el lago: los hijos de Bardo, el alcalde y su ayudante, los ciudadanos en general. Por otra parte gana muchísimo con la subtrama de Gandalf y Radagast investigando el misterio de Dol Guldur y su poder escondido. Aun cuando el reencuentro con Sauron decepciona, algunas escenas en la fortaleza en ruinas son espantosamente fascinantes.

La entrada en el reino oscuro del dragón

Los Enanos, un pueblo extraño y al parecer muy poco simpático como para tratarlo dela misma manera que Jackson trató a los hobbits en el Señor de los Anillos, traen mucho que contar. Y en esta trilogía de películas la trama principal del libro (los enanos y su aventura) parece caer en trama secundaria: Gandalf está más interesado en el trasfondo de la maldad que crece en Tierra Media. Esto es algo que le reprocho mucho a Jackson. Parece haber elegido poner el subtexto que une a las dos trilogías como directriz principal del Hobbit 1, 2 y 3. Muy bien pudo haber elegido tratar el tema solo en la tercera parte y dejar un misterio en el aire al cerrar la trilogía. Gandalf, ya famoso por perderse en aventuras entre películas, cae prisionero en la segunda y es rescatado en la tercera. Eso podría haber quedado para la tercera parte.

¿Tiene eso una explicación? Tal vez Jackson creyó necesario no dar pauta "al dragón" para que se haga otra precuela del Señor de los Anillos. El dragón que la película representa demuestra la avaricia y la enfermedad del oro que solo el compañerismo de los Hobbits y de los enanos puede acabar. Tal vez Jackson eligió traicionar un poco la fidelidad al libro para poder dejar el trabajo de Tolkien en paz y no tocarlo más. Hay que reconocer que en esta película el guión estuvo en manos de 4 personas: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y, ni más ni menos que Guillermo del Toro. Todo esto puede haber influido en esta decisión de la producción.

La entrada en el reino bajo la montaña es uno de los momentos más sombríos y asombrosos de la película, para mí el más real y palpable. La compañía de Thorin entra en la venerable tumba (en realidad un antiguo reino) de sus antepasados, donde solo hay recuerdos, escombros y seres queridos muertos. Pasillos oscuros vacíos y un tesoro protegido por un avaro dragón. Allí buscan la piedra que les dará autoridad para reunir a los enanos. Pero la piedra es igual de problemática. Volvió demente a Thror, abuelo de Thorin y corre el riesgo de volver a hacerlo con él.

El dragón y el Hobbit

Bilbo, el joven Hobbit más intrépido que se vio en la historia de Edad Media, y quizás el más influyente por sus hazañas futuras junto a Frodo, entró en la compañía de Thorin para ayudarles a recuperar su hogar. Pero Bilbo no sabía que tendría que robarle una joya a un dragón (!). Bilbo no es amante del peligro, pero por sus amigos y por el bien de la compañía haría lo que le pidieran.

Sin embargo conocer a Smaug es una experiencia reveladora para Bilbo. Llega a conocer la avaricia sin par del dragón y empieza a sospechar de las intenciones propias y ajenas con respecto a la compañía de enanos, y sobretodo empieza a sospechar de su pequeña arma secreta: el anillo de poder que le robó a Gollum. Esta aventura parecía ser por una buena causa, pero también ofrecía réditos, y al final Bilbo se lleva su parte, con las complicaciones que le traerá.

Este cuestionamiento moral es parte del libro El Hobbit. Sin embargo en el libro no se prevee ni se predice una aventura tan sombría como la del Señor de los Anillos, la aparición de Sauron y su oscura subtrama no es parte del libro original. Y eso es algo que puede resultar problemático frente a un público muy joven (las películas se publicaron con restricción a 13 años o con guía parental). Bien podría haber hecho Jackson de no seguir el juego de hilar todo en un solo retazo y dejar la trilogía del Hobbit como lo que es y ha sido siempre: un apéndice del Señor de los Anillos.

El regreso de los enanos

Debo ser sincero y la figura de algunos enanos de la compañía de Thorin me descoloca bastante: muchos guardan las proporciones características de los enanos, cabezas grandes, narices grandes y feas, manos grandes y toscas. Pero otros, como el mismo Thorin o sus sobrinos, por ratos parecen solo hombres normales con algunas pieles encima: las cabezas son muy pequeñas y el tronco es muy poco ancho. Por ratos las manos aparecen como lo que son (prótesis) y un poco pierde la magia. Me encantaría saber por qué no usaron gente con enanismo de verdad, como en el clásico de los 80s, Willow. Pero para terminar quiero hacer justicia al pueblo de los enanos de Tolkien, y agradezco los pocos momentos de la trilogía donde se aprecia lo fascinante que es su forma de ser: la canción que todos cantan en la casa de Bilbo, sus costumbres al comer, su desarraigo de su tierra, su humor, su pasión por la forja y las armas de metal. Y claro, su afición por las joyas y piedras preciosas. Aunque todo esto en la película se haya proyectado de una manera muy corta, superficial y jocosa, es agradable que no se haya quitado mucho más de lo extraños que pueden ser los enanos.

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