El Villano: el papel de película que es hasta peligroso de actuar.

En las películas pocas veces se ven actuaciones de alto nivel. Estas actuaciones entonces suelen ser premiadas por distintas organizaciones por considerarse excepcionales.


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Pero hay un cierto tipo de papel que a veces no vale la pena hacer, pues conlleva un riesgo más que físico para el actor: son papeles que tienen una fuerte carga sicológica y mental que puede ser como un tiro por la culata para la persona que lo interpreta.

Los Papeles de villanos y antihéroes son conocidamente premiados por el nivel actoral de los artistas que los representan. Pero digamos que no solo el nivel actoral del artista influye en estos roles. También lo hace la sociedad y el público mismo. Conociendo la psicología de Jung, sabemos que el inconsciente colectivo puede entenderse como una masa de energía psicológica, formada por nuestra educación, y nuestra vida psicológica individual y colectiva y que alimenta y sostiene nuestra vida psicológica personal. De esta energía colectiva toman los actores para darle carácter a sus personajes, a partir de imaginaciones que basan en sus propias experiencias, alegrías y miedos, así como los de toda la sociedad que conocen.

Digamos que si un personaje trata con un punto sensible o inexplorado del inconsciente colectivo puede causar mucha inestabilidad tanto al actor como al público que lo presencia. Esto es así porque tanto el actor como el público (que representa el grueso del inconsciente colectivo) se retroalimentan: se potencian dándose más energía mutuamente. 


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Un actor que representa a un personaje villano suele tratar de quedarse en el papel durante todo el rodaje para no perder su concentración. Mientras la obra se está rodando muchos de estos actores se vuelven "raros" y sus colaboradores los tachan de "incómodos" o desagradables. En realidad están llenándose de la energía del inconsciente colectivo que está en el rodaje. Esa energía que está en todos sus compañeros y en ellos mismos.

Se han dado casos en que los actores no han podido salir del papel después de una película o teatro y han empezado a vivir como si fueran el personaje. En otros casos interpretar un papel cambia la vida del actor/actriz que lo desempeñó. A veces dejar un papel y terminar el rodaje los deja en shock y con un gran vacío.

Para todo esto se requiere madurez psicológica y fuerza mental que se gana en el estudio formal de la actuación. Un actor novato o joven pocas veces puede cargar con esa energía solo.


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