El Lado Social de la Música
La música es una cosa muy especial. Nos distrae, nos lleva a sentir emociones. Hoy en día casi todos la disfrutan constantemente: en su pc, en su ipod, en la radio. Pero el hecho más curioso es que la gente que la escucha individualmente, lo hace de una forma más intensa. A veces en el bus ves a uno totalmente ajeno al mundo, escuchando "su" música con audífonos. Entonces caigo en cuenta que la música es un agente social.
La música que escuchamos delimita nuestro mundo, nuestro globito social. Los rockers se juntan con los rockers. Los bachateros se juntan con casi todos, porque casi todos aceptan la bachata EN NUESTRO PAÍS. Y es que la música aparte de delimitar nuestros mundos, también nos abre nuevos mundos sociales: con el rock nos vemos inmersos (voluntaria o involuntariamente) en la vida social del rocker americano, su forma de vivir, sus dramas.
Qué peligroso e interesante es esto. Nos abrimos por medio de nuestros oídos a tantas expresiones muy ajenas a nuestra constitución social. Y vivimos, a escondidas o abiertamente, en rebeldía, en un aspecto antisocial. Pero es esta rebeldía algo que necesitamos? Es nuestra situación verdadera?
Lo cierto es que nuestras posibilidades en la música se han visto casi totalmente limitadas a lo que nos influye en la televisión. Cuántas canciones tradicionales han llegado a nuestros oídos? Cuántas de ellas representa la realidad de la juventud de hoy?? Julio Jaramillo ya no es referente para nosotros. Qué música se hace aquí? Cuáles son nuestras raíces musicales? Qué instrucción musical se nos enseñó en la escuela y colegio????
Son preguntas urgentes que determinarán fuertemente a la sociedad del mañana.
Hablo como ecuatoriano mestizo. Y lo que he sentido es que la cultura musical que viví gracias a mi familia tenía la marca de Italia y España. También lo mexicano ha jugado gran parte en la cultura popular. La salsa siempre la consideré como un estilo demasiado exótico y hasta de clase baja. Al pasar de los años he aprendido a valorarla gracias al otro arte que la acompaña: el baile.
Lo americano, lo rockero, lo grunge, fue mi propia experiencia, una experiencia dolorosa, lejos de todas mis raíces, a la mirada ciega y despreocupada de mis padres.
Pero ante todo algo que me ha atraído siempre en cualquier estilo fue LO NEGRO, los ritmos africanos, el rap, el blues, el gospel, el funk. La música moderna siempre ha sido un arte muy marcado por los negros. Por lo menos en América. Lo cierto es que en el medio que conozco no estar al tanto de la música extranjera (rock, pop, tecno) es vivir un poco como un ignorante, quizás porque se considera que hoy hay que ser universal, un ciudadano del mundo globalizado. Eso es algo típico del ecuatoriano de clase media y alta. Desear llegar a la universalidad. Quizás un poco antes de tiempo. Precoces somos.
La música que escuchamos delimita nuestro mundo, nuestro globito social. Los rockers se juntan con los rockers. Los bachateros se juntan con casi todos, porque casi todos aceptan la bachata EN NUESTRO PAÍS. Y es que la música aparte de delimitar nuestros mundos, también nos abre nuevos mundos sociales: con el rock nos vemos inmersos (voluntaria o involuntariamente) en la vida social del rocker americano, su forma de vivir, sus dramas.
Qué peligroso e interesante es esto. Nos abrimos por medio de nuestros oídos a tantas expresiones muy ajenas a nuestra constitución social. Y vivimos, a escondidas o abiertamente, en rebeldía, en un aspecto antisocial. Pero es esta rebeldía algo que necesitamos? Es nuestra situación verdadera?
Lo cierto es que nuestras posibilidades en la música se han visto casi totalmente limitadas a lo que nos influye en la televisión. Cuántas canciones tradicionales han llegado a nuestros oídos? Cuántas de ellas representa la realidad de la juventud de hoy?? Julio Jaramillo ya no es referente para nosotros. Qué música se hace aquí? Cuáles son nuestras raíces musicales? Qué instrucción musical se nos enseñó en la escuela y colegio????
Son preguntas urgentes que determinarán fuertemente a la sociedad del mañana.
Hablo como ecuatoriano mestizo. Y lo que he sentido es que la cultura musical que viví gracias a mi familia tenía la marca de Italia y España. También lo mexicano ha jugado gran parte en la cultura popular. La salsa siempre la consideré como un estilo demasiado exótico y hasta de clase baja. Al pasar de los años he aprendido a valorarla gracias al otro arte que la acompaña: el baile.
Lo americano, lo rockero, lo grunge, fue mi propia experiencia, una experiencia dolorosa, lejos de todas mis raíces, a la mirada ciega y despreocupada de mis padres.
Pero ante todo algo que me ha atraído siempre en cualquier estilo fue LO NEGRO, los ritmos africanos, el rap, el blues, el gospel, el funk. La música moderna siempre ha sido un arte muy marcado por los negros. Por lo menos en América. Lo cierto es que en el medio que conozco no estar al tanto de la música extranjera (rock, pop, tecno) es vivir un poco como un ignorante, quizás porque se considera que hoy hay que ser universal, un ciudadano del mundo globalizado. Eso es algo típico del ecuatoriano de clase media y alta. Desear llegar a la universalidad. Quizás un poco antes de tiempo. Precoces somos.
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