Perro de la calle y el dilema de la conciencia y el contrato social

Hoy vi un perro de la calle comiendo en plena vereda de un basurero que él mismo había tumbado. Mi reacción primera fue de querer pegarle al perro. Bueno, mi verdadera primera reacción fue "no hacer nada" como siempre sucede a todos, pero busqué en mi interior y pensé que quería pegarle al perro. Luego surgió en mi "la otra" conciencia, la domada, que me decía que no era ser bueno pegarle a un perro, que es un ser inferior y que no tiene la culpa de nada.



Después de caminar unos pasos y efectivamente NO HACER NADA, llegué a la conclusión que lo más social, lo más sabio era haberle pegado al perro. Le hubiera hecho un favor a la ciudad, evitando que el perro continúe ensuciando de esa basura. Le hubiera propinado una lección al perro. Y hubiera seguido el viejo "contrato social" en el cual "los humanos cuidamos de los humanos". Y de paso me hubiera reído del susto del perro por la sorpresa que se llevaría con mi ataque.

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