Miedo al diablo

Bueno, aquí va. No soy la mejor persona para hablar de Dios. Pero sí conozco al diablo. Y sé que debemos rechazar con fuerza sus actos y sus poderosas ataduras. 


El diablo pone trampas en nuestra fe, en nuestra vida. La adversidad viene de él. Nos quiere hacer sufrir para que reneguemos de Dios. Para que no creamos en la redención de nuestros errores y faltas.
Las miserias vienen de él.


El diablo también nos pone tentaciones, con cosas que parecen placenteras o incluso buenas, pero que en el fondo nos harán caer más profundo de lo que la humanidad ya ha caído.

Para luchar contra el diablo hay que ser muy valiente. Hay que orar. Esa es la fuerza que más puede contra él. Hay que pedir perdón por nuestros errores y faltas y orar. Dios ama y recibe al arrepentido con buen corazón.




Jesucristo

San Miguel

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